Decía Heráclito que “la abundancia de conocimiento no enseña a los hombres a ser sabios”. La Masonería no es un club de intelectuales que se reúnen periódicamente para hacerse pajas mentales sobre los temas más inverosímiles.
En el tiempo que llevo en Masonería siempre me he echado a temblar ante aquellos que se auto instalan como los depositarios de las más puras esencias masónicas y como poseedores de la verdad más absoluta. La ortodoxia en su más pura expresión.
En mi opinión la Masonería es simple, su objetivo bien sencillo, hacer hombres mejores para hacer una Sociedad mejor. La Masonería, ni más ni menos, procura que en su interior y en el exterior, en lo que llamamos mundo profano, que cada uno de sus miembros sea, lo que en Andalucía se conoce como “buena gente”. Así de simple, así de sencillo.