A machacarse que es cosa muy sana.
El hombre es la pera. Esto lo digo yo, otro, no me acuerdo quien, más finamente, venía a decir algo así como que no hay nada mas diferente de mí que yo mismo. Con esto quiero plantear el carácter contradictorio del hombre, puede ser al mismo tiempo una cosa y la contraria y las dos dimensiones que tiene, como ser individual y como ser social. No basta con nacer humano para ser hombre, hay otro paso, y es que el hombre se hace humano entre los humanos. Ser individual, ser social. Y estamos condenados a esas dos cualidades, no podemos sustraernos a ello. ¿Se puede concebir un hombre separado de los factores interpersonales que le rodean?, creo que no. Siempre, cuando surge el tema, viene a la mente el ejemplo de Tarzán, ¿cuándo empieza a ser hombre, cuando está con la mona Chita, o cuando está con Jane?
Para bien o para mal, parece que el hombre tiene una estructura polivalente, de ahí que podamos ser varias cosas a la vez.
Todo esto viene a cuento de la Ética, se gesta en el interior de la persona, cierto; pero no menos cierto es que trasciende esa subjetividad para pasar a ser objetivo. Todos sus actos tienen una repercusión, mayor o menos, en sus semejantes.
En Aristóteles, el precursor, el que dota a la ética de estructura propia, no podemos considerar como algo independiente la “Ética a Nicómaco” de su tratado sobre la polis, su política. Lo que pretende no es otra cosa que sentar las bases para que sea la polis, la ciudad, la que posibilite la felicidad y la convivencia de todos y cada uno de sus miembros.
Bueno, planteado está. Tirando del hilo se saca el ovillo. Recordar que pensar es una cosa muy sana.
Que os sea leve