El Hombre. ¿Qué hacer?
Decía la zarzuela, La verbena de la Paloma, que las ciencias adelantan que es una barbaridad. Y es cierto. Pero mientras el hombre, con la ciencia que el mismo hace, acrecienta su poder sobre la materia, se da la paradoja que se siente impotente tanto en su vida individual como frente a la sociedad. Ha perdido la visión del fin que le da significado, preguntarse por si mismo, preguntarse por su propio ser, tal como diría Ortega. Somos los dueños de todo y al mismo tiempo esclavos de todo. Permanecemos ignorantes de los problemas más importantes de la existencia humana, lo que el hombre es, como debe vivir…
Hemos dejado atrás los tiempos de la Ilustración, que enseñaron al hombre que puede confiar en su razón, como guía para establecer normas éticas, y que puede depender de si mismo. Los lemas “atrévete a saber”, “confía en tu conocimiento”, parecen estar lejos. Parece que hay una duda creciente en la autonomía humana y la razón. Y eso convierte al hombre en una presa fácil de sistemas más o menos irracionales de valores. Parece que vamos para atrás, como los cangrejos. Todo lo que creíamos ya superado por los griegos, el renacimiento, el racionalismo, la ilustración… está más presente que nunca.
Así vuelvo al principio, el hombre, ¿qué hacer?