Frutos de la pandemia. Da “pa to”
A machacarse que es cosa muy sana
El otro día, un buen amigo, Juan Francisco, me envió un articulo publicado en El País, “Ética de Weber para tiempos de pandemia”. He de reconocer que, de Weber directamente, no había leído nada absolutamente, tan solo sabia lo que las referencias, mas o menos generales, se dicen de él como el impulsor de la sociología Moderna. En el articulo se hablaba de la ética de la “convicción” y de la ética de la “responsabilidad”. Ni que decir tiene que eso me picó. Así que, ni corto ni perezoso, me puse a brujulear, en sus escritos cual pudiera ser el significado de tales términos.
Lo primero que cayó en mis manos fue una conferencia titulada “Política como vocación”.
Me sorprendió. La irracionalidad en el mundo es la fuerza generadora de la moral. ¡¡Ahí queda eso!! A primera vista una paradoja, una afirmación contradictoria… pero… A pensar. Consideremos que es el padre de la sociología moderna y es, en ese enfoque donde hay que tratar de entenderlo.
¿Será que la ética es el resultado del conflicto plateado entre fines incompatibles en el reino de la deliberación y no en el de los meros hechos?
Esa distinción entre la ética de la convicción” y de la “responsabilidad” ¿se refiere a que el hombre debe descubrir cuando puede responder a las consecuencias de sus actos y cuando actuar según sus convicciones e intenciones para gobernarlas?
¿Quizás la imposición de valores universales a los particulares es tan destructiva como su caso inverso?
Un lio, como se dice en roman paladino “pa mear y no echar gota”
Bueno, planteado está. Tirando del hilo se saca el ovillo. Recordar, pensar es una cosa muy sana, aunque, a veces, frustrante.
Que os sea leve.
2 comentarios en «Embrollo»
Este embrollo lo es más si no se tiene en cuenta que en este caso, habla del hombre político. Y, teniendo en cuenta que el considera a esas dos éticas como complementarias.
Por un lado la de la convicción que se rige por preceptos morales que se deben contemplar y respetar por encima de cualquier cosa sea cual sea la ocasión y circunstancias. Por otro lado la ética de la responsabilidad que atiende más a las consecuencias de la acción.
Si te guías solo por la ética de la convicción, al ejecutar esa acción, si las consecuencias son malas, considerarás al resto del mundo y el universo responsable de esas consecuencias. Al guiarte por la ética de la responsabilidad tiendes a considerar antes de realizar la acción los posibles fallos y defectos que las personas pueden tener.
En cualquier caso, Weber hablaba de perfiles políticos de principios del siglo pasado. Hoy en día mucho me temo que la ética queda al margen de cualquier político, sea cual sea su color y argumentario. Parece que se tiende más al culto al líder y no a los ideales que cada cual debería perseguir y defender. Sean cuales sean.
He dicho, subirá el pan…
En hilo con tu comentario, cito el ultimo párrafo del articulo del País, » A veces lo que son consecuencias “deseables” chocan con la aplicación de medios inaceptables. Por eso le preocupaba tanto a Weber el “tipo especial de ser humano” al que le encomendamos el ejercicio del poder, el tipo de hombre “que hay que ser para poner sus manos en los radios de la rueda de la historia”. Me temo que esto último ya lo hemos olvidado.»