Detrás de mí pueden apreciar, si levantan un poco la vista, tres granadas en la columna B y tres en la columna J. Estas granadas son un símbolo masónico muy importante y que denota, no solo la estructura de la sociedad profana en general, sino que demuestra la estructura profunda de la masonería.
Desde su inicio simbólico, el fruto de la Granada ya trae dentro de sí una estructura profundamente masónica que se agolpa en cada detalle.
La corona de siete esquinas o puntas, la flor permanente incluso cuando el fruto ha madurado. Al abrirse la granada, revela complejas cuevas unidas por una membrana blanca que separa en casillas protegiendo las semilla que a su vez se agolpan detalladamente una con otra. Esta estructura es en esencia la estructura de la masonería. Grupos de hermanos en toda la latitud y longitud universal, unidos como los granos de una granada.
Si la granada se abre en el árbol, es para desperdigar más y más lejos las semillas.
Detrás de mí también se puede apreciar una puerta. Los llamados a esta puerta son atendidos: llamad y se os abrirá. Esta misma puerta también cierra, pero no encierra para no dejar salir. Cierra para la introspección, la reflexión y el buen ánimo. ¡Esas son las puertas del templo!
Pedir y se os dará. Pedir del latín Rogare; que no es lo mismo que el español Rogar. Pedir es un camino de doble vía, como en el rogare latino. Es escuchar y recibir. Se os dará la luz y la luz es doble, porque allá donde hay luz hay iluminación, que llega a todo aquel que pidió.
Buscad y encontrareis. La verdad de uno mismo, de dentro de uno. Del alma misma.
Abrir y cerrar los trabajos quiere decir abrir el alma y llenarla de Luz. Cerrar los trabajos es hacer la cadena de unión para que su fortaleza nos acompañe.
Ahí es donde empieza el amor al prójimo que Jesús lo planteó como única manera de vivir la vida plena.
Cada hermano debe saber que el otro no es más que un reflejo de uno mismo.
¿Por qué el título de este escrito como apócrifo?
Muy simple, porque hasta donde llegan los evangelios apócrifos es precisamente hasta demostrar que las verdades oficiales no son las que debemos aceptarlas como verdades únicas y sin más. Los evangelistas apócrifos hablaban de la luz y de la fuerza del templo y del valor de la luz que ilumina la oscuridad del corazón.
La palabra misma Apócrifo se refiere a escondido, y si es escondido deber ser hallado
Los masones debemos hacer hincapié en todo lo que ilumina y todo lo que enseña, debemos ver a todos y cada uno de los hermanos como virtuosos acompañantes en este arduo y laborioso camino de la búsqueda de la perfección y del trabajo.