Tirando del hilo se saca el ovillo
Podríamos decir que las ideologías son el conjunto de ideas que caracterizan el pensamiento de una persona, o grupo de personas. E incluyo toda clase de pensamientos, sean políticos, religiosos o de cualquier otra índole.
Así consideradas las ideologías condicionan todos los ámbitos de actuación. Marx afirmaba que las ideologías generan una falsa conciencia sobre las condiciones materiales de existencia del hombre. Y en este sentido consideraba la ideología como una herramienta de control social.
Sentado esto, estaremos de acuerdo que todos, incluso el fanático, tenemos la creencia o la fe en la inteligencia. Pero tendríamos que distinguir la fe en la inteligencia y la fe en las ideas que esa inteligencia crea o deduce. Decía Ortega, “que las ideas se tienen, en las creencias se está”.
El fanático se aferra a sus ideas, a su ideología, no hay otra cosa; mientras que el hombre, llamémosle de razón, no. El fanático no dudará, todas sus ideas, sus juicios estarán determinados, mientras que el hombre de razón si lo hará.
Es claro, dudar es soltar las anclas y salir del puerto de la seguridad, y adentrarnos en el proceloso mar de la incertidumbre. Y cuando se está en ese mar tormentoso, el hombre puede tomar dos actitudes: Una alienándose, dejándose llevar por su entorno, por los acontecimientos, por las ideas de otros, por las ideologías, convirtiéndose en un intolerante. Y la otra actitud sería asumir esa duda; y es entonces cuando el hombre se pone a pensar, se separa del mundo del “se dice”; elige por sí, toma conciencia de sí, y así, buscando su propia voz, aumenta su capacidad de crítica, de pensamiento.
Hegel, y con esto termino, decía que «el pensamiento es el reino de la libertad». Y la «libertad, en su forma verdadera, solo puede ser reconocida y deseada por un individuo que es libre». El hombre no puede conocer la libertad si no la posee; ha de ser libre a fin de volverse libre. La libertad no es un estatus que el individuo posee, sino acción que lleva a cabo como sujeto autoconsciente.
A pensar que es cosa muy sana, y que cada cual se aplique el cuento