Frutos de la pandemia. Da “pa to”
A machacarse que es cosa muy sana
Ayer, leyendo La Historia de la Filosofía Griega de Guthrie, me encontré con esta perla de Heraclito “el pueblo debe combatir por la Ley como por los muros de su ciudad”. Primero la Ley, y únicamente cuando esta exista vale la pena defender los muros de la ciudad. Quizás sea una conclusión aventurada, pero para Heraclito la Ley vendría a ser como lo común y respetado por todos, el bien común máximo, algo que permite la solución de las discordias. Es más, según dice “… todas las leyes se nutren de una sola, la divina”. Si defiendo los muros es porque estoy defendiendo la Ley que ampara el bien común de los ciudadanos. Es expresión de la Ley divina, del Logos que gobierna la naturaleza de todo.
Estos griegos son admirables. Es común a todos ellos, me atrevo a decir, en la construcción de su pensamiento, el dirigir su visión al hombre en la ciudad, en la polis, a las relaciones de unos hombres con otros en un espacio circunscrito por unos muro.
Y ello lleva a que todos consideren la relación entre la Ley y la razón
Y en esto Platón sigue la línea. El primer libro de La Republica es buena prueba de ello. Una Ley, para ser tal, tiene que pasar el filtro de la razón y ser aceptada por todos si se quiere que sea creadora de la Justicia; pues la justicia tiene mucho que ver con la forma de vida que se elija, pues esto a su vez determina el modo de vida de los demás. Es el cruce de palabras entre Sócrates y Glaucón con Polemarco, es la oposición entre imponer algo por la fuerza o convencer con la razón. Y es la plasmación de la Justicia en el “dar a cada uno lo suyo” del maestro y del discípulo, de Platón y de Aristóteles.
Y no quiero seguir más, por ser el último día del confinamiento me estoy pasando. Pero apliquemos estas ideas al mundo que vivimos, hagamos una somera comparativa y… allá cada cual.
Bueno, planteado está. Tirando del hilo se saca el ovillo. Recordar, pensar es una cosa muy sana, aunque, a veces, frustrante.
Que os sea leve.
¡TOCAN LAS TROMPETAS! El desconfinamiento ha llegado. Veremos… dijo un ciego y nunca vio