Tirando del hilo se saca el ovillo
La ofensa
Dicen que la ofensa es un camino de ida y vuelta. Y es cierto, si falta uno de los términos de la ecuación, no hay nada que hacer. Si no hay ofendido por mucho que desee el que quiere ofender, como dicen en Valencia res de res, nada de nada.
Es como aquella pelea de dos sordomudos, se armó la marimorena; uno, cabreado, con la cara roja de ira, gesticulando… y el otro, sonriendo y con los brazos cruzados. Cuando le preguntaron, por señas, qué es lo que pasaba, por qué el otro estaba tan cabreado. Respondió del mismo modo, quiere ponerme verde y yo me niego a mirarlo…
Tan facil como eso
¿Quién dijo miedo? A pensar que es cosa muy sana