Frutos de la pandemia. Da “pa to”
A machacarse que es cosa muy sana
Hay cosas que, por muchos años y siglos que hayan pasado, siguen estando vigentes. Y entre ellas está la importancia de lograr que los miembros de una comunidad interioricen valores hasta lograr hacerlos suyos, es decir, que los posean. En la antigüedad, a quienes poseían valores se les denominaba buenos ciudadanos, virtuosos, y eso se traducía en que eran seres excelentes como personas. Eran los valores los que establecían y distinguían a esas personas convirtiéndolas en buenos ciudadanos.
Esos buenos ciudadanos deliberaban, cuestionaban, se expresaban con argumentos sólidos, dando muestra de ejemplaridad, y participando con la política.
De la ciudadanía es de donde deben brotar aquellos que son llamados a ocupar cargos públicos. Por eso es imprescindible formar ciudadanos valiosos, con valores. Porque si no lo hacemos será imposible mejorar el rumbo de la sociedad en la que vivimos.
¿Ética de la convicción, Ética de la responsabilidad, o las dos juntas, al alimón?
Bueno, planteado está. Tirando del hilo se saca el ovillo. Recordar, pensar es una cosa muy sana, aunque, a veces, frustrante.
Que os sea leve.